Logra un beneficio en factores como irritabilidad, letargo, movimientos repetitivos, hiperactividad, motivación y los gestos, la interacción social y en la comunicación verbal.
Una sustancia presente en el brocoli podría aliviar algunos
síntomas que provoca el autismo. Lo sugiere un pequeño estudio que se
publica en «PNAS» y que puede servir para abrir una nueva línea de investigación para los trastornos del espectro autista.
En concreto, los investigadores del Hospital MassGeneral Infantil y la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins
han encontrado evidencias que el tratamiento diario con sulforafano,
una molécula que se encuentra en alimentos como el brócoli, la coliflor y
la col, puede mejorar algunos síntomas de espectro autista. En su
informe, los investigadores describen cómo los participantes que
recibieron una dosis diaria de sulforafano mostraron una mejoría en dos evaluaciones de comportamiento y comunicación en tan sólo cuatro semanas.
A pesar de que destacan que los resultados de este ensayo piloto deben
ser confirmados en investigaciones más grandes antes de sacar
conclusiones sobre el beneficio terapéutico de sulforafano, los
resultados son esperanzadores.
«Existen algunos informes, anecdóticos, que ha sugerido que
los niños con autismo pueden tener una mejoría en la interacción social
y, a veces en sus habilidades lingüísticas, cuando tienen fiebre»,
explica Andrew Zimmerman. Ahora, en este trabajo «hemos investigado qué
elementos a nivel celular podrían estar detrás de este hecho y creemos
que es el resultado de la activación de la fiebre en respuesta al estrés
celular, en el que los mecanismos celulares de protección, que por lo
general están en reserva, se activan a través de la activación de la
transcripción de genes».
Fiebre
El #sulforafano es un compuesto que fue aislado por primera
vez en la década de 1990 por Paul Talalay, coautor correspondiente del
artículo y ahora profesor en la Universidad Johns Hopkins.
Su grupo también encontró que dicha sustancia química es compatible con
los aspectos clave de la respuesta célular al estrés. Zimmerman, quien
ya había analizado el papel de la fiebre en el autismo, ha trabajado
ahora con el grupo de Talalay para analizar los posibles beneficios del
sulforafano para el tratamiento del autismo.
Aunque el mecanismo subyacente del autismo y otros
trastornos del espectro del autismo siguen siendo en gran parte
desconocidos, se sospecha que intervienen distintas alteraciones
moleculares, incluyendo algunos relacionados con la respuesta al estrés
celular.
Así, este pequeño ensayo piloto ha incluido a 44 jóvenes,
entre los 13 y 27 años, que habían sido diagnosticados de trastorno del
espectro autista de moderado a grave. Los participantes fueron asignados
al azar ser tratados con una dosis diaria de sulforafano -extraído de
los brotes de brócoli- o un placebo. Ni los investigadores, ni los
participantes ni sus cuidadores sabían quien estaba recibiendo el
medicamento.
Para valorar el impacto del tratamiento, todos los
participantes fueron sometidos a pruebas de comportamiento e interacción
social al comienzo del estudio y en las semanas 4, 10 y 18 después del
inicio del tratamiento. Éste se interrumpió a las 18 semanas, y se
realizaron evaluaciones posteriores a 22 participantes 4 semanas más
tarde.
Según la directora del estudio, Kanwaljit Singh, las
puntuaciones medias de cada una de las evaluaciones fueron
significativamente mejores para los 26 participantes que recibieron
sulforafano que para los 14 que tomaron placebo. El beneficio se observaba incluso a las 4 semanas;
así, se apreciaba una mejoría en el comportamiento, y para el final del
estudio, tanto el personal del estudio como los miembros de la familia,
sabían perfectamente quién había recibido el fármaco debido a sus
cambios en el comportamiento (mejora en factores como irritabilidad,
letargo, movimientos repetitivos, hiperactividad, motivación y los
gestos, la interacción social y en la comunicación verbal).
Con reservas
«Las mejoras observadas en la capacidad de respuesta social
eran particularmente notables», señala Zimmerman que añade además que
esta parece ser la primera vez que se observa una mejoría
estadísticamente significativa de este tipo con el empleo de
medicamentos en el trastorno del espectro autista.
Sin embargo los expertos matizan que es importante tener en
cuenta que las mejoras no afectan a todos los participantes: cerca de
un tercio no presentó ninguna mejoría. Además, apunta, el estudio debe
repetirse en un grupo más grande de adultos y niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario